El Ejército ruso ha recibido un nuevo lote de los sistemas pesados lanzallamas TOS-1A Solntsepiok, dotados con un modernizado complejo de protección contra drones, informó la corporación Uralvagonzavod (UVZ), que forma parte del megaconsorcio estatal ruso Rostec.
El fabricante de estas armas —que funden el acero y sumergen al enemigo en el 'infierno'— entregó el lote en víspera del Día de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica, que se celebra este 13 de noviembre.
El subdirector general para técnica especial de UVZ, Dmitri Semizórov, destacó que el TOS-1A es "un sistema único, sin análogos en el mundo".
"Ocupa un nicho especial: es una herramienta insustituible para desmantelar zonas fortificadas, posiciones de fuego enemigas, y para neutralizar material y personal en grandes superficies", dijo.
Asimismo, señaló que la máxima eficacia de estos sistemas fue demostrada repetidamente en el marco de la operación militar especial rusa, donde no simplemente se emplean como fuego de apoyo, sino que además "su uso supone un profundo impacto psicológico sobre el enemigo".
Modernización continua
El subdirector resaltó que el uso de los TOS-1A en los combates constituye "el paso más eficaz hacia la modernización" que se lleva a cabo de forma continua. "No solo suministramos los sistemas, sino que los modernizamos teniendo en cuenta los requisitos y la experiencia de su uso en combate", aseveró.
"Nuestro objetivo principal es mantener la efectividad de este sistema en las condiciones de los combates modernos frente a las amenazas que surgen constantemente", reiteró.
Agregó que, a día de hoy, el fabricante está modernizando incluso las características fundamentales del TOS-1A, como el alcance de tiro, la precisión de puntería y la "supervivencia" del Solntsepiok en el campo de batalla.
"Los empleados de la corporación perfeccionan constantemente el Solntsepiok, aumentando su eficacia para adaptarlo a las nuevas condiciones y desafíos de la guerra moderna", concluyó.
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